
Perdido el bosque en el centro de su amor
yacen misterios que no me ha de contar,
y rugen hojas sin querer explicar
un juramento empinado con honor.
Y tu bello rostro ya sin semblante,
cuya hermosa luz germina alegrías,
obscuros tus ojos no aman el día,
y espera el regreso de un caminante.
La montaña inquieta late sin pulsar,
jardines de arroyos florecen de amor,
orquídeas, tulipas, malvas del calor
corean silencios de un mismo lugar.
Y la mar que en sonoros pensamientos
quiebra su rigidez a tu dulzura
y te admira aceptando que eres pura
buscando tus amados sentimientos...
Y aquel bosque ya perdido que aún amo,
y el aire que en secreto escucha el grito
de amor arracimado e inaudito
junto a esta hermosa flor que no está en vano…













