
Qué difícil volver cuando te has ido
de tierras de suspiros y armonìas
donde fuiste feliz y hoy no existías,
solo eras olvido...
Qué blando corazón este que tengo
que llora porque nunca me han querido,
me obsequia pulso y sangre y yo aún dormido
no sé por qué vengo.
Qué emoción encontrarme con mi madre
que al mirarme a los ojos ya me entiende,
y este inmenso dolor que ella comprende...
Fue con Dios mi padre.
Pero al fin regresé y no ha sido fácil
el convivir con la frialdad del mundo,
fué una aventura sin meta y sin rumbo
donde todo es frágil.









