Que colman a éste corazón de aprietos,
razguñan y lastiman las paredes del alma abatida,
Perdonen que lloro a tan amarga pena!
pero estas temibles flaquezas me aniquilan.
Raciones de llanto llegan por el día,
dañando lentamente en agonía
Cual misterio camuflagea mi alegría!
si he de morirme para que me sirve la mentira.
Entre pensares y suspiros recorro la vida,
es la esperanza quien me tiene cautiva
renaciendo noche a noche en un sueño,
he decidido nunca encontrarme vencida.
Tantos pequeños desvelos
han cambiado mi dulce mirar,
más ésta alma se empeña en luchar
diciendo al corazón que las angustias debe librar.












