Sucedió durante el mes de julio, el día estaba muy caluroso y ellas estaban vestidas con el tradicional hábito de monja; entonces decidieron entrar en el famoso negocio de Patty McGuire para tomar un refresco.
Patty recientemente había remodelado su negocio y había comprado unas banquetas que tenían unas patas muy peculiares y eran la atracción del negocio. Estaban las cinco monjas sentadas y disfrutando de un refresco bien frío, cuando de pronto, entraron al lugar Monseñor Riley y el Padre McGinty con la idea de tomarse un refresco bien frío porque también tenían calor.
Ambos se quedaron estupefactos y casi se desmayan por lo que vieron en el lugar.
Esto es lo que vieron:
