“Perro que ladra no muerde”
(Soneto)
Tengo tan gran temor a los lebreles
que vigilan con celo las moradas
atentos siempre están con sus miradas
¡A ver quienes le ponen cascabeles!
Jugando un día con los churumbeles (*)
los canes les lanzó sus dentelladas
y sintieron su vida amenazadas
por los perros que siempre fueron fieles.
"Perro que ladra nunca muerde", dicen,
mas yo no me fiaré de los refranes
aunque algunos de ellos tranquilicen
jamás yo me fiaré de nobles canes
por más que a mí me digan, garanticen
que no me atacarán con sus desmanes.
(*)- Churumbel. (De or. caló).
1. m. Niño, muchacho.
©Roberto Santamaría
Collado Villalba - Madrid









