
Un día yo te ví,
el otro tú me viste,
la noche que me diste,
me enamoré de ti.
El tiempo que pasó
fué hermoso y entretanto
nos íbamos amando,
el cielo azul brilló.
Vimos caer mil hojas
que estaban saludando
a ti y a mí, fué cuando
te dí estas rosas rojas.
Mirandonos los ojos
no hay nada más que hablar,
en un solo pensar
nos vemos como pocos.
Un día te pregunté
qué era la eternidad,
dijiste sin dudar,
te quise y te querré.
Y nuestro amor vivió
por tiempos que olvidé,
mas lo que yo te amé
no sé si alguien amó.
Me amas como ayer,
igual te quiero hoy yo,
qué hermoso es el amor
en este gran querer.
En nuestra eternidad,
oímos voz y cantos
de estrellas, y el encanto
de la felicidad.










