El amor quizá...
Publicado: Dom Jul 06, 2008 03:00
Muchas gracias a todos por la calurosa bienvenida y los comentarios.
Para ustedes mi ser y éstas humildes letras
El amor quizá llega del cielo
desde la estrella más lejana
o de las que flotan en una mirada.
El amor quizá surge del océano,
cuando sube la marea,
prendido de la ola más alta
que quiere a la luna besar.
El amor nace
de no sabemos donde…
En secreto abraza
corazones sumisos,
lunas ardientes,
luceros diurnos,
soles menguantes.
El amor influye
hasta donde no sabemos…
bautiza el principio de los días,
da esperanza al fin de las agonías,
se adentra en las hondura de los mares,
interactúa en los callados cielos
colmados de sueños y de amantes.
El amor sube por los pies
y desciende por la cabeza,
sigiloso nos va invadiendo
hasta llegar al centro,
en lo más adentro
de la entraña sangrante
que ya no sabe de quien es.
El amor nace en nuestro cuerpo
y como una hiedra va creciendo
enredándose en los nervios.
Aferrándose a las venas crece
y brota en los suspiros.
Trepando las paredes del aire
va cubriendo nuestras soledades.
El amor, desesperado e inefable
va abriendo y cerrando llagas,
hasta crear la herida incurable
que nos dibuja la mirada
y nos mutila el alma.
Sin más… nos abandonamos,
nos salimos de nosotros
para que esa presencia
pueda ocuparlo todo.
No sé de donde venga
ni de donde surja
pero el amor es vida,
y como la vida:
nos lleva por mares y cielos,
por infinitos y nuestros adentros;
nos agarra de pies a cabeza
arrastrándonos por donde no sabemos
hasta nuestra muerte.
Ivan Ortega
Para ustedes mi ser y éstas humildes letras
El amor quizá llega del cielo
desde la estrella más lejana
o de las que flotan en una mirada.
El amor quizá surge del océano,
cuando sube la marea,
prendido de la ola más alta
que quiere a la luna besar.
El amor nace
de no sabemos donde…
En secreto abraza
corazones sumisos,
lunas ardientes,
luceros diurnos,
soles menguantes.
El amor influye
hasta donde no sabemos…
bautiza el principio de los días,
da esperanza al fin de las agonías,
se adentra en las hondura de los mares,
interactúa en los callados cielos
colmados de sueños y de amantes.
El amor sube por los pies
y desciende por la cabeza,
sigiloso nos va invadiendo
hasta llegar al centro,
en lo más adentro
de la entraña sangrante
que ya no sabe de quien es.
El amor nace en nuestro cuerpo
y como una hiedra va creciendo
enredándose en los nervios.
Aferrándose a las venas crece
y brota en los suspiros.
Trepando las paredes del aire
va cubriendo nuestras soledades.
El amor, desesperado e inefable
va abriendo y cerrando llagas,
hasta crear la herida incurable
que nos dibuja la mirada
y nos mutila el alma.
Sin más… nos abandonamos,
nos salimos de nosotros
para que esa presencia
pueda ocuparlo todo.
No sé de donde venga
ni de donde surja
pero el amor es vida,
y como la vida:
nos lleva por mares y cielos,
por infinitos y nuestros adentros;
nos agarra de pies a cabeza
arrastrándonos por donde no sabemos
hasta nuestra muerte.
Ivan Ortega


