cuando desperté ¡se había ido!.
Ni me di cuenta que a su paso
las horas ya había perdído.
Se durmió el tiempo en la mañana
y entró en mi alma mucho frío,
empecé a tejer alguna cana
como hilo de plata ha nacído.
Y no me fijé que había cambiado
ni que ya mis ojos son distintos,
que el color del mar llevo pegados
como a los talones el destino.
Y al dormirse el tiempo en la mañana
se durmió con el mi ayer perdído,
se llevó mi infancia ¡tan lejana!.
Se durmió mi amor en su latido.
ANA- 3-JULIO-08

























