no puedo parar de soñar,
de construir historias
de una vida sin memoria
para escapar de la realidad.
No puedo dejar de inventar
instantes nuevos
en los que puedo manejar
a su majestad el tiempo,
el amor y el viento.
No he parado de reconstruir mi vida,
en sueños,
en donde todo es bueno
y sino me gusta,
puedo volver a comenzar
y no poner final.
No he detenido mi mente
que ardiente sueña despierta
con un mundo sin maldad,
con cosas viejas
y nuevas al mirar.
No paro de soñar
con situaciones raras
que me llevan a vagar
la senda de la demencia
con toques de felicidad.
No he sanado heridas viejas
que guardo en bandejas
para seguir soñando
en la eternidad.
No he borrado manchones de mi pasado
y los he dejado,
bajo llave,
en el archivo de mi compañera:
Soledad,
para continuar volando
en brazos de morfeo
y hacer vida nueva,
aunque,
despierta,
todo sea:
manojos de falsedad.








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